Existen diversos aspectos que ayudan a la prevención de las adiciones y uno de ellos es la práctica deportiva. La realización de ejercicio de manera habitual genera una serie de beneficios físicos, psicológicos y sociales que son muy positivos para evitar las adicciones. Asimismo, la práctica deportiva se convierte en un gran aliado en los procesos de recuperación y reinserción social de las personas que se encuentran realizando algún tratamiento de desintoxicación.

Cada vez más expertos apuestan por la práctica deportiva como herramienta para la prevención y tratamiento de las adicciones, en coordinación con otros programas educativos. Sin embargo, ¿conocemos todos los aspectos que el deporte aporta en este sentido?

Orgánicamente, el deporte es un absoluto factor de protección ante las adicciones, generando sustancias químicas que son esenciales para combatir el estrés, el desánimo e incluso el dolor. Además, a nivel psíquico y emocional produce sensaciones tan placenteras que te llevan a repetirlas, a seguir motivándote para cada vez ir superándote un poco más e ir marcándote metas y compromisos que generan ilusiones en la persona.

El beneficio físico es uno de las cuestiones más divulgadas sobre el deporte. La mejora en nuestro sistema cardiovascular o respiratorio, la prevención de determinadas enfermedades o el desarrollo de una mayor psicomotricidad son solo algunos de los aspectos positivos para  nuestro organismo. En cuanto a los aspectos psicológicos hay que tener en cuenta que el ejercicio físico facilita la producción de endorfinas, neuroproteínas que generan al cuerpo y al cerebro una sensación de bienestar.

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No obstante, sobre los beneficios sociales del deporte existe un mayor desconocimiento, pese a que cada vez se tiene más en cuenta en los programas de prevención, así como en los tratamientos. Los deportes de equipo generan la pertenencia a un grupo social, favoreciendo el desarrollo personal del individuo al tiempo que lo dota de una serie de habilidades sociales.

Por otra parte, el deporte suele incrementar la autoestima a través del continuo reto personal de mejorar. Asimismo, hay que tener en cuenta que las adicciones se crean vinculadas a los momentos de ocio, si convertimos la práctica deportiva en uno de nuestros hobbies estaremos restando tiempo al consumo de sustancias adictivas. Es decir, potencia la creación y regularización de hábitos saludables, como es el tener una buena alimentación. Además, nos acerca a personas que comparten los mismos hábitos y así disminuye el impacto de la presión social sobre la necesidad de ingerir determinadas sustancias.

Para la juventud tiene, además, un componente añadido. La disciplina deportiva ayuda a los jóvenes a forjar un carácter en el que quieran superarse día a día; al tiempo que les facilita afrontar las derrotas y asumir responsabilidades. En definitiva, independientemente de la edad, lo cierto es que el deporte y la vida saludable son esenciales para la prevención de adicciones y para los tratamientos de reinserción social.